El verano está a la vuelta de la esquina, y con él las ganas de playa, sol, piscinas, vestidos, bermudas… se acerca esa temporada de “vamos a ponernos las pilas con la dieta o no bajo esos kilitos que me sobran”.

Las dietas yoyó nos acechan y queremos prevenirte antes de que sea demasiado tarde.

Éstas dietas de efecto rebote, o yoyó como acuñó Kelly D. Brownell, especialista en obesidad; son aquellas con las que se consigue bajar fácilmente de peso tomando determinados alimentos. Sin embargo tienen una cara oculta: al no aprender a comer se vuelve a ganar peso rápidamente, y nuevamente caemos en la necesidad de realizar otra y otra y otra…

Son dietas nada saludables con tantas variantes como imaginación tenga el “gurú” del momento: las hay donde el consumo de calorías o carbohidratos es mínimo; en las que se eliminan grupos de alimentos; las que se hacen con combinaciones imposibles y donde sólo se puede comer lo establecido; ¡e incluso las hay donde el consumo de proteínas, carbohidratos y grasas es alto!

¿Qué tienen de malo?

Además de no enseñarnos realmente NADA sobre cómo mantener una dieta sana; una vez que se ha llegado “a la talla”, la abandonamos, nuestro organismo seguirá creyendo que lo estamos privando de alimento y cuando volvemos a comer “normal” intentará guardar todo aquello que pueda, en forma de grasa, para cuando llegue la escasez.

Por otro lado, el abuso de este tipo de dietas nos llevará al sobrepeso, la obesidad e incluso se puede llegar a tener depresión..

¿Cómo evitamos el efecto yoyó?

  • Tomando 5 piezas de frutas y verduras al día. Para desayunar, a media mañana, guisadas, crudas, al horno, a la plancha, al wok. Como te apetezcan más.
  • Incluyendo proteínas en cada una de tus comidas importantes.
  • Sama a la sal, salmón ahumado con alcaparras y un chorrito de limón… Haz del pescado tu mejor aliado.
  • Reservando un día “libre” para aquellos caprichos que no has podido comer durante la semana, al día siguiente, compensamos. ¡Pero no te los comas todos juntos!
  • Haciendo ejercicio 3 veces a la semana durante más de 20 minutos. Incluso dormirás mejor y tendrás menos ganas de picotear.
  • Subiendo las escaleras en vez del ascensor cada vez que puedas (y si no tienes ningún tipo de problema en rótulas, meniscos o en las piernas).
  • Bebiendo agua, la que te pida el cuerpo. Recuerda que las infusiones y frutas también contienen H20.

Ni dietas yo-yo ni pastillas milagrosas, recuerda que lo esencial para estar sano es tener una dieta equilibrada, realizar ejercicio habitualmente y no abusar de los azúcares. Mente sana in corpore sano.