En los últimos años ha aumentado el consumo por un lado de alimentos modificados – sin lactosa, con grasas omega 3, etc.- y por otro se han demonizado alimentos “de toda la vida” como el trigo y la leche achacándoles todo tipo de daños para la salud. Curiosamente todas las modificaciones conllevan el consumo de alternativas más caras.

Es fundamental hacer un correcto diagnóstico ya que existe la posibilidad de daños o carencias al dejar de consumir alimentos con propiedades beneficiosas sin un diagnóstico certero, sobre todo en poblaciones más susceptibles como los niños.

 

Reacciones alérgicas Alimentarias

Clasificación según la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica EAACI (según sus siglas en inglés)

  • Tóxicas: por ej. reacción por setas venenosas
  • No tóxicas:
    1. Mecanismos inmunológicos:
      • Mediada por IgE
      • No mediada por IgE
    2. Mecanismos no inmunológicos:
      • Enzimática: lactosa, fructosa, sorbitol, sacarosa, galactosa, trealosa y errores innatos del metabolismo
      • Farmacológica: aminas vasoactivas,
      • Indeterminada

Repasamos definiciones:

La reacción adversa alimentaria engloba a síntomas que aparecen tras la ingesta de un alimento. Esta puede ser  secundaria a una hipersensibilidad no alérgica (intolerancia) o a una alergia.

La alergia es una reacción inmunológica y que ocurre tras ingerir un determinado alimento. Pueden ser  por un mecanismo ligado a la inmunoglobulia E  (IgE) o no mediadas por IgE como la enfermedad celíaca. Según la Dra Zugasti Murillo, se estima una prevalencia del 1,4 a 3,6% de la población adulta y del 5 al 8 % en la infantil.

La intolerancia es una reacción adversa (no inmune) a un alimento causado por falta de un enzima para su digestión (por ej. falta de lactasa), por fármacos o por aditivos. A continuación un resumen da la intolerancia a la lactosa por ser la más frecuente y con aparente aumento de su prevalencia.

 

Intolerancia a la lactosa

La lactosa es el azúcar de la leche y se digiere en el intestino delgado mediante la lactasa (enzima: proteína) transformándola en sus constituyentes (glucosa y galactosa) para ser absorbidos. La falta de esta enzima – total o parcial – da lugar a su no absorción (malabsorción) y los síntomas acompañantes como: flatulencia, dolor abdominal o diarrea.

Es cierto que la actividad de esta enzima es máxima en la lactancia y que disminuye al finalizar la misma. Pero también es cierto que en las poblaciones e individuos que continúan su alimentación con productos lácteos no adquieren déficit alguno. Los grupos más afectados son asiáticos y africanos y los menos los del Norte de Europa. En España su prevalencia se sitúa en un 15% de la población.

Su diagnóstico se realiza mediante dos tests: el de hidrógeno espirado (más utilizado) el de tolerancia a la lactosa (más inespecífico) y mediante biopsia intestinal (método más invasivo). Es importante señalar que un alto porcentaje tienen falsos negativos y también algunos que dan positivo no tienen ningún síntoma. Lo más útil para su diagnóstico es quitar la lactosa de la alimentación y determinar a mejoría de los síntomas.

No tiene ningún rigor científico la prohibición de lácteos – no existiendo alergias o intolerancias – y achacarle numerosos “males” y causa de distintas enfermedades. Es importante señalar que el dejar de tomar lácteos conllevará una carencia de esta enzima y crear “intolerantes” a individuos que no lo eran. Esto puede conllevar a déficit de ácidos grasos lácteos y calcio de gran importancia en la alimentación; sobre todo de los niños y tercera edad.

Como imagen me gusta la de la población anciana y longeva de nuestra Comunidad Autónoma que cena “todas las noches” leche (con lactosa) y gofio (con gluten).

Tests de Intolerancias alimentarias

Posición de la  Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica EAACI

En los últimos años se ha promovido la realización de analítica de sangre con la finalidad de diagnosticar hipersensibilidad a distintos alimentos y su asociación con distintas enfermedades. Muchos pacientes – con sintomatología variada – relacionan sus males a los alimentos por lo que estos “test” es un mercado en auge.

Se analiza la inmunoglobulina G4 (IgG4) frente a numerosos alimentos. Esta inmunoglobulina, nos indica que el organismo ha estado expuesto a estos alimentos; y el que su valor sea alto no tiene ninguna relación con la hipersensibildad sino más bien es un indicador del buen funcionamiento de nuestro sistema inmunológico.

Concluyen que las IgG4 no indican alergias o intolerancias, lo que mide es una respuesta fisiológica (normal) del sistema inmunitario frente a los alimentos que se han ingerido.

Es, por lo tanto, una prueba irrelevante y cara, y no debe ser utilizada para el diagnóstico de alergias o intolerancias.

Si tienes dudas sobre si padeces o no alguna intolerancia, no dejes de pedir cita en Endocrinología Canaria y trataremos de ayudarte a resolver tu problema.

Más información en:

www.elsevier.es/es-revista-endocrinologia-nutricion-12-pdf-S157509220971407X-S300

Testing for IgG4 against food is not recommended as a diagnostic tool.