En un estudio reciente publicado, en la revista JAMA *, examinaron la relación entre alimentación y mortalidad en alrededor de 125.000 hombres y mujeres (personal sanitario) que antes de iniciar el estudio no tenían enfermedad cardiovascular.
El seguimiento fue durante aproximadamente 30 años y en este tiempo fallecieron 33.000 participantes.
Se observó un aumento del 8% de mortalidad cuando el consumo de grasas saturadas – sustituyendo a hidratos de carbono – era elevado.
La mortalidad aumentó un 13% con la ingesta de grasas saturadas “trans”.
Sin embargo, cuando el consumo fue mayor en grasas poliinsaturadas y monoisaturadas la mortalidad se redujo en un 19% y 11% respectivamente.
También observaron que al sustituir grasas saturadas por poliinsaturadas o monoinsaturadas la reducción de mortalidad fue del 27% y del 13% respectivamente.
Los autores concluyen que sigue vigente la recomendación de DISMINUIR el aporte de GRASAS SATURADAS y GRASAS TRANS para la buena salud del corazón y sus vasos.
Referencias:
JAMA July 05, 2016 “Association of Specific Dietary Fats With Total and Cause-Specific Mortality “ Dong D. Wang, MD, MSc1,3; Yanping Li, PhD1; Stephanie E. Chiuve, ScD1,2; Meir J. Stampfer, MD, DrPH1,2,3,4; JoAnn E. Manson, MD, DrPH2,3,4; Eric B. Rimm, ScD1,3,4; Walter C. Willett, MD, DrPH1,3,4; Frank B. Hu, MD, PhD
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